jueves, 19 de febrero de 2015

22 cosas curiosas que no sabías del alcohol




 
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1. Mito: El alcohol te da energía.
Verdad: No. Todo lo contrario. Es un depresor que reduce progresivamente la capacidad para pensar, hablar, moverse y todas las demás actividades que nos gusta realizar en una fiesta o reunión en donde se consuman bebidas con alcohol.
2. Mito: Mezclar cerveza, vino y licores emborracha más que beber un solo tipo de bebida alcohólica.
Verdad: Lo importante es la alcoholemia, que es el porcentaje de alcohol que circula por la sangre después de beber alcohol. Independientemente del sabor, color, olor o mezcla que hagamos, el alcohol es alcohol. Por lo que en la práctica, mezclar activa más rápidamente el efecto del alcohol por su concentración en la sangre, pero no por la mezcla en sí, sino porque perdemos la cuenta de las copas que bebemos, ya que un tarro de cerveza tiene la misma cantidad de alcohol que una copa de vino o un caballito de tequia; lo que varía es la concentración de alcohol, por eso se sirven en recipientes de diferente tamaño; esto es lo que aumenta el porcentaje de alcohol en la sangre sin darnos cuenta al consumir bebidas diferentes.
3. Mito: Uno se emborracha antes con una bebida fuerte que con cerveza o vino frío.
Verdad: El alcohol es alcohol, en cualquier forma y de cualquier origen, lo importante es la relación volumen-graduación alcohólica. Uno se emborracha antes si toma más alcohol, pero el alcohol de las bebidas fuertes es igual que el de las bebidas suaves.
4. Mito: Todo el mundo reacciona igual al alcohol.
Verdad: No es del todo cierto. Existen muchísimos factores que afectan a la forma de reacciones al alcohol: el estado general de salud, la bioquímica del organismo, la talla y el peso, la hora del día y el desgaste o cansancio del cuerpo, el estado de ánimo, las expectativas individuales, son unos pocos ejemplos.
5. Mito: ¡Sólo es cerveza!. No puede producir una lesión permanente.
Verdad: Cuando se ingieren en forma frecuente y excesiva las bebidas con alcohol pueden lesionar gravemente el sistema digestivo. También pueden lesionar el corazón, el hígado, el estómago y otros órganos importantes del cuerpo. Al final, esta forma de consumo también puede acortar la esperanza de vida de la persona.
6. Mito: El alcohol te hace más "sexy"
Verdad: Cuanto más se bebe, menos se piensa. El alcohol inhibe las funciones de juicio, control y aprendizaje y su función depresora del Sistema Nervioso Central te relaja y te puede hacer más interesado en el sexo, pero interfiere con la capacidad sexual del organismo y no se piensa en las consecuencias. Los embarazos no deseados, las Infecciones de Transmisión Sexual, las violaciones, los accidentes de tráfico, ...no son nada "sexys".
7. Mito: El alcohol mezclado con bebidas estimulantes impide que te emborraches.
Verdad: El alcohol es una sustancia psicoactiva que deprime el Sistema Nervioso Central, y las bebidas estimulantes, como su nombre lo indica, lo aceleran, por lo cual, los efectos del alcohol son menos evidentes, pero al incorporarse al torrente sanguíneo, en su paso por el corazón, producen taquicardias por el doble mensaje que éste órgano vital está recibiendo, pudiendo provocar una arritmia cardiaca que derive en un paro cardiaco.
El desconocimiento del estado general de salud y de la condición de nuestros órganos vitales potencia este riesgo al hacer esta combinación.
8. Mito: El alcohol en dosis bajas relaja a las mujeres embarazadas.
Verdad: Aunque el alcohol por su función depresora del Sistema Nervioso Central funciona como un ansiolítico, no es bueno en ninguna cantidad para las mujeres embarazadas, ya que se incorpora al torrente sanguíneo y en su paso por el organismo del feto en gestación, produce daños irreversibles a sus órganos vitales en formación, por el llamado "Síndrome Alcohólico Fetal" que consiste en que el niño nazca con deficiencias mentales y deformidades físicas.
9. Mito: El alcohol alimenta.
Verdad: El alcohol proporciona calorías al cuerpo pero no es nutritivo ni sustituye a los alimentos necesarios para el crecimiento y la conservación de la salud.
10. Mito: El alcohol no "engorda".
Verdad: El alcohol sí puede engordar a los bebedores que se alimentan regularmente. El alcohol proporciona más calorías que los azúcares y las féculas, aunque menos que las grasas. Las bebidas alcohólicas pueden contribuir al sobrepeso cuando sustituyen a una alimentación equilibrada; el peligro que se enfrenta es la malnutrición.
11. Mito: Las personas que "aguantan mucho" corren menos riesgo de llegar al alcoholismo.
Verdad: Cuando decimos que a fulano "no se le sube" aunque tome mucho, se puede caer en este mito, pues se interpreta que "siendo más resistente" no lo dominará el alcohol. Pero esto no es verdad. Por el contrario, puede ser que la persona a quien nos referimos esté desarrollando ya la etapa del alcoholismo que se caracteriza por el fenómeno de la tolerancia.
12. Mito: Cualquier cantidad de alcohol es perjudicial para los órganos del cuerpo.
Verdad: Esto es falso porque pequeñas cantidades de alcohol no provocan daño alguno a los tejidos de los distintos órganos. Pero hay que mencionar que las bebidas muy concentradas y las grandes cantidades de alcohol ingeridas en una sola jornada, provocan serias irritaciones en el aparato digestivo, y que el abuso prolongado llega a afectar al hígado, al corazón, al sistema nervioso y a otros órganos.
13. Mito: Emborrachan más el vodka y la ginebra que el ron y el tequila (o viceversa).
Verdad: Lo anterior es falso porque lo verdaderamente importante es la cantidad de alcohol que se ingiere. El vodka, el tequila, el ron, el whisky, la ginebra, y en general las bebidas destiladas como el brandy y el aguardiente común de caña, contienen aproximadamente la misma cantidad de alcohol.
14. Mito: El café le devuelve la sobriedad al embriagado.
Verdad: La verdad es que el alcohol se oxida y se elimina del cuerpo a una velocidad uniforme y hasta ahora no sabemos de ninguna sustancia que acelere este proceso. Como la cafeína es un estimulante y el alcohol un depresor, una taza de café fuerte puede ayudar a mantener despierto a un sujeto alcoholizado, pero no a "bajarle la borrachera" como suele decirse. El café sólo convierte al embriagado somnoliento en un embriagado bien despierto.
15. Mito: El ejercicio vigoroso le devuelve la sobriedad a las personas embriagadas.
Verdad: El ejercicio sólo las convierte en personas embriagadas sudorosas y pegajosas.
16. Mito: Una ducha fría le devuelve sobriedad al embriagado.
Verdad: Una ducha fría sólo lo convierte en un embriagado friolento y remojado con riesgo de sufrir hipotermia, por la cantidad de calor que está liberando su cuerpo durante el proceso de metabolización del alcohol.
17. Mito: Una zambullida en agua fría le devuelve sobriedad al embriagado.
Verdad: Una zambullida en agua fría puede convertirlo en un embriagado muerto. Alguien que ha estado bebiendo, se normalizará tan solo después de que el hígado ha procesado todo el alcohol y eso lleva tiempo a razón de una hora por copa ingerida, que es el tiempo que tarda el hígado en metabolizar el alcohol en un hombre adulto sano y de hora y media en mujeres adultas sanas.
18. Mito: Las personas que sólo beben cerveza no pueden llegar a ser alcohólicas.
Verdad: La cerveza, al igual que el vino y los licores o bebidas destiladas (como pisco, tequila, ron, etc.) aunque en menor grado, también contiene alcohol. Esto significa que consumirla abusivamente tiene consecuencias negativas y produce semejante daño.
19. Mito: Beber alcohol sólo los fines de semana no provoca daño.
Verdad: El daño que provoca el alcohol depende principalmente de la cantidad que se ingiera o del llamado "patrón de consumo", es decir, la forma en que se hace. No es lo mismo que un adulto sano consuma un par de copas un fin de semana, que un/a joven beba en las fiestas hasta embriagarse. Si se consume a esta edad, todos los fines de semana, en grandes cantidades, se estará en mayor riesgo de hacerlo un hábito al desarrollar el fenómeno de la tolerancia que derivará en dependencia al alcohol, provocando daño a órganos vitales, como el aparato digestivo, el hígado, el cerebro, el corazón. Otro daño que produce es a las relaciones interpersonales, principalmente con la familia.
20. Mito: El consumo de otras sustancias es un problema mayor que el consumo de alcohol.
Verdad: Como en nuestra cultura el alcohol es una sustancia psicoactiva legal, se ha tendido a minimizar las consecuencias negativas de su consumo. Las consecuencias derivadas del consumo abusivo de alcohol son múltiples: desarrollar la enfermedad del alcoholismo, violencia intrafamiliar, accidentes de tránsito, accidentes laborales, ausentismo laboral, abusos sexuales, entre otros.

21. Mito: El alcohol daña por igual a los hombres y a las mujeres.
Verdad: La mujer tiene, en general, menor talla y peso que el hombre y, en consecuencia, el tamaño proporcional de sus órganos es más pequeño, y debido a ello, produce en menor cantidad la enzima llamada "alcohol deshidrogenasa" que es la encargada de metabolizar el alcohol. Por lo tanto, puede generar más rápidamente deterioro de sus funciones con menores cantidades de alcohol y llegar al alcoholismo más aceleradamente que el hombre. También los efectos del alcohol son diferentes para los niños y jóvenes, provocando más daño que a los adultos, pues están en proceso de crecimiento y desarrollo y sus órganos (cerebro, hígado, páncreas) por lo cual son muy vulnerables al efecto del alcohol. El desarrollo integral del organismo termina entre los 22 y 25 años de edad.
22. Mito: El alcoholismo es una enfermedad de gente adulta.
Verdad: El alcoholismo es la dependencia al alcohol. La dependencia se ha descrito como el impulso descontrolado por consumir una sustancia, en este caso el alcohol, en forma continua o periódica, a fin de experimentar sus efectos y evitar el malestar producido por la privación o el llamado "síndrome de abstinencia". Junto a la dependencia se da el fenómeno de la tolerancia, que es la necesidad de consumir cada vez mayores cantidades de alcohol para lograr los efectos inicialmente esperados.
Si el consumo de alcohol se inicia a edades tempranas, la curva de la tolerancia se desarrolla con mayor rapidez y, por lo tanto, la dependencia aparece muy precozmente. Es decir, el alcoholismo está más relacionado con la cantidad de alcohol que se ha consumido y con el tiempo de consumo, que con la edad.
Un porcentaje importante de jóvenes, en proceso de rehabilitación empezaron a consumir a edades tempranas de 12 a 14 años, sólo los fines de semana, sin tener clara conciencia de lo que les estaba pasando.
Conclusión:
 No es el consumo de alcohol por sí mismo el que produce problemas, sino el "Patrón de consumo" que es la frecuencia y cantidad de copas que se beben por "Ocasión de consumo", entendida esta como lapsos de 24 horas. La metabolización del alcohol se produce a razón de una copa por hora en hombres adultos sanos y de hora y media en mujeres adultas sanas. No existe recurso alguno para acelerar este proceso sino el paso del tiempo y no hay medicamento o remedio para reducir los efectos del alcohol. Las sustancias estimulantes sólo ocultan los efectos de la embriaguez, no los eliminan. Las mujeres embarazadas y los menores de edad son más vulnerables a los efectos del alcohol, por lo cual no deberían beber.

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